Por eso estás leyendo esta página ahora mismo.
Practicas deporte o realizas alguna actividad física. Tienes problemas de salud documentados. Tal vez tienes diabetes como el 13,8% de la población española. Quizás formas parte de ese 42,6% que tiene hipertensión. O del 50-55% de españoles adultos con colesterol alto.
El caso es que estás bajo tratamiento con fármacos. Y quieres cambiar cosas. Quieres mejorar tu rendimiento deportivo. Pero para ti es importante hacerlo sin perjudicar tu salud.
Cuando va a entrenar sufres molestias antes, durante o después de la actividad física. Y ahora mismo no sabes si es por tu medicación, por tu actividad física, por tu tratamiento o por una mezcla de todo.
Te preocupan las reacciones adversas de la medicación. Te preocupa que la medicación esté perjudicando tu desempeño. Comienzas incluso a preguntarte si hacer deporte puede ser malo en tu caso.
Has preguntado a tu médico de familia. Has preguntado a tu monitor de gimnasio o a tu preparador físico. Quizás has preguntado a tu fisioterapeuta. Y, por supuesto, has investigado en internet.
Pero no has obtenido respuestas satisfactorias.